En el sector de las empresas constructoras, de la ingeniería (en especial
la nuclear) y las grandes eléctricas, se ha corrido la voz de que la único
gran bolsa de dinero público que quedaba para malgastar eran los fondos de
Enresa, y el proyecto estrella, el cementerio nuclear.
El Fondo del que dispone ENRESA para la Financiación de las Actividades del
PGRR (Plan de Gestión de Residuos Radiactivos) ha alcanzado, al final de
2011, la cifra de 3.228 millones de euros [1]. Es decir, cuando las arcas
de la mayor parte de los organismos públicos están bajo mínimos, Enresa
puede presumir de disponer de una enorme liquidez. Buena parte de este
dinero se utilizará (junto con los ingresos de los próximos años) para
construir el ATC, el transporte de residuos nucleares desde las centrales
nucleares al ATC y la gestión durante 60 años de esos residuos.
En total se
estima el gasto que supondrá la gestión de esos residuos (residuos de alta
actividad y combustible nuclear gastado), en 6.244,7 Millones de Euros (de
2006), hasta 2070 [2]
Ante estas cifras, no es de extrañar que todo lo relativo al cementerio
nuclear se considere una golosina. Pero esta golosina, cada vez se ve más
claro, que se va a repartir con criterios que poco tiene que ver con
aspectos técnicos y si de conveniencia política y personal de la presidenta
de Castilla-La Mancha (María Dolores de Cospedal) que es la que tiene el
control [3]
Desde que Gil-Ortega preside Enresa, parece que importa poco que se
disparen los costes. Seguramente pensará que cuanto más cueste la obra más
dinero se podrá repartir en prevendas y comisiones (tal y como se puede ver
en el caso Bárcenas).
Así, las cifras del cementerio nuclear, se ha ido
incrementando desde 700 millones en 2007 [4] a 1.000 millones de Euros en la
actualidad. Aunque tras la elección de unos terrenos con evidentes
complicaciones geomorfológicas e hidrológicas, el presupuesto manejado
actualmente podría ser mayor.
Parece que tampoco importa si el proyecto se alarga en el tiempo o si el
cementerio nuclear se llega a usar o no en algún momento: para cuando el
ATC esté finalizado, todas las centrales tendrán su almacén (ATI) [5].
Teniendo en cuenta que el dinero que maneja Gil-Ortega para el ATC,
proviene en su mayor parte (unas 3/4 partes) de los ciudadanos que lo han
pagado vía impuesto, o en la tarifa de la luz, lo que importa es que ese
dinero se gaste y se reparta entre unos cuantos, que, por desgracia, no van
a ser los obreros que lo construyan.
Aplicando, una vez más, la receta de
privatizar los bienes públicos que generan beneficios, a la vez que se
nacionalizan las entidades con pérdidas.
La Plataforma pide una vez más la paralización de este proyecto, sin pies
ni cabeza, que se ponga un calendario de cierre de las centrales y que
entonces, de forma participativa, hablemos de cómo gestionar los residuos
nucleares de la mejor manera.
[1] http://www.enresa.es/files/multimedios/informe_an2011.pdf
[2]
http://www.enresa.es/files/multimedios/6PGRR_Espa_ol_Libro_versi_n_indexada.pdf
[3]
http://www.publico.es/452581/el-marido-de-cospedal-participara-en-la-construccion-del-cementerio-nuclear-de-castilla-la-mancha
[4]
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-22-07-2007/abc/Sociedad/el-atc-queda-aparcado-la-opcion-mas-cara-y-peligrosa-para-los-residuos-radiactivos_16460877153.html
[5]
http://cuencadicenoalcementerionuclear.blogspot.com.es/2012/11/un-solo-ano-de-retraso-haria-inutil-el.html