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lunes, 30 de diciembre de 2013

Cacerolada contra la estafa del cementerio nuclear

La Plataforma sale otra vez a la calle a protestar mediante una cacerolada en Carretería en su confluencia con al calle Sánchez Vera de la ciudad de Cuenca. Y lo hace para denunciar este ataque a la ciudadanía de hoy y (sobre todo) del futuro. 

24 meses han pasado desde que (a bombo y platillo) se anunció lo que sería la salvación de la provincia de Cuenca: el cementerio nuclear venía a un pequeño pueblo de Cuenca. A los pocos días Ramón Aguirre, presidente de la SEPI (Sociedad Estatal de Participación Industrial) del que depende Enresa, anunciaba que en febrero de 2012 se empezaría la construcción del cementerio nuclear (denominado ATC).

Desde entonces, se han repetido los anuncios de la inminencia del comienzo del proyecto, de los puestos de trabajo y los inmensos beneficios para la provincia de Cuenca y la Región. Para ello, el ayuntamiento de Villar de Cañas recogió miles de currículums de aspirantes en lo que sería el "maná" en puestos de trabajo.

Pero a día de hoy, no hay ningún movimiento y los reiterados anuncios del presidente de Enresa (Gil-Ortega) pierden credibilidad al comprobar que los terrenos siguen siendo un campo de cultivo. Precisamente estos terrenos, se han demostrado como inadecuados para la construcción de esta peligrosa infraestructura, merced a un informe encargado por la propia empresa gestora de los residuos [1]. Pero tanto el Ministerio de Industria como Enresa se niegan a entregarlo.

La Plataforma Contra el Cementerio Nuclear quiere denunciar que los únicos que se están beneficiando del cementerio nuclear, son las redes clientelares tejidas alrededor del proyecto (presupuestado en más de 1.000 millones de Euros de dinero público) y las eléctricas propietarias de las centrales nucleares.

Esta red clientelar la controlan María Dolores de Cospedal y su marido López del Hierro. Cospedal fue la que asumió la ubicación del ATC en Castilla-La Mancha a cambio de tener a una persona de confianza al frente (Gil-Ortega). Simultaneamente, López del Hierro entraba en un puesto de responsabilidad en Iberinco (filial de Iberdrola) que opta a licitaciones del ATC [2] y que ya ha recibido un proyecto  por un importe de 6 millones de Euros [3].

Para las grandes eléctricas el cementerio nuclear no es más que una manera de ahorrarse enormes sumas de dinero y responsabilidad en la gestión de los residuos nucleares. Por eso la Plataforma se une al apagón que se realizará a la misma hora que la cacerolada. Las grandes eléctricas nos cobran precios desorbitados por la luz y, a cambio, es la sociedad la que se tiene que hacer cargo de los residuos nucleares que estas multinacionales han generado.

En definitiva, para la Plataforma, ha quedado demostrado que el cementerio nuclear no es una inversión sino una estafa.

[1] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/10/19/actualidad/1382210495_072919.html
[2] http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/22487-la-filial-de-iberdrola-que-ficho-al-marido-de-cospedal-favorita-para-construir-el-atc
[3] http://cuencadicenoalcementerionuclear.blogspot.com.es/2013/03/la-red-clientelar-en-torno-al.html